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"En este Blog muestro mis reflexiones acerca de los procesos de aprendizaje"

sábado, 13 de septiembre de 2014

Vivir sintiendo que SOMOS SUFICIENTES


A propósito de un proyecto de Temazcales Ontológicos, en el que estamos con mi amiga/hermana Sole, he navegado en las profundidades de algunos temas. Previo a cada Temazcal, leo de ellos, converso con otros, los veo en mis coachees y sobretodo, los observo en mi misma. 

El primero fue la abundancia y que me tuvo pegada en nuevas comprensiones acerca de la escasés, un buen rato. El segundo, postergado dos veces por lluvia, me tiene hace más de un mes reflexionando acerca de la suficiencia. ..¿qué es aquello que nos produce esa angustia existencial, que conozco y reconozco en las personas que me consultan?; ¿Qué será eso que nos hace esforzarnos, a veces, hasta el borde de nuestras fuerzas?.

Pareciera que buscamos sentirnos suficientemente inteligentes, buenas personas, guapos, exitosos o cualquier atributo que sea valorado por la comunidad a la que pertenecemos como un mandato para pertenecer. Pareciera que pensamos, que nuestro vecino, además de tener el pasto más verde, por esta causa es más feliz.

Si entendemos como operan las creencias en nuestras forma de ser, nos darnos cuenta de que hemos sido “programados”, a través de sistemas de creencias que absorbimos de los discursos culturales que escuchamos desde niños. Vimos estas creencias como verdades y nos cuesta someterlas a una revisión. 

Por otro lado, la publicidad (que opera como una energía orquestadora de la cultura, de la que cuesta mucho trabajo sustraerse), ha utilizado  estas creencias como mandatos asociando mejores niveles de suficiencia al logro de la felicidad.  Como si  la felicidad fuera un punto terminal y existiera un camino de conquistas para llegar a ella.

Me he estado preguntando el valor de trascender la insuficiencia. El proyecto Temazcales ontológicos es fruto de esta inquietud.
Por un lado, desde el coaching ontológico he aprendido que desafiando las creencias que están a la base, y movilizando las emociones y la corporalidad que están en coherencia con ellas, movilizo nuevas posibilidades.

He encontrado, por ejemplo que: 
  • Convivimos con la creencia que existe un premio en el futuro, y que depende de cómo hagamos las cosas, serán las posibilidades de ganarlo o perderlo. Esta creencia, desde lo emocional, nos saca del presente. Así, la “búsqueda de la felicidad”, o del “paraíso” en su versión religiosa, genera ansiedad y angustia, tras amenaza implícita de que si no somos LO SUFICIENTEMENTE buenos, no la alcanzaremos. 
  • También, que en muchos opera la creencia de que más es mejor. Así, de la mano de la ansiedad se construyen todas las estrategias acumulativas que persiguen alcanzar niveles de suficiencia asociados a lo material. 
  • y que existe la creencia que  necesitamos ser de los mejores (paradigma del éxito). Nos esforzamos y nos exigimos con estrategas competitivas. Así, surge la ansiedad de comparse con otros, que se acompaña de la frustración, vergüenza o el sentimiento de inferioridad, que surge de juzgar que se está por debajo de ese estándar que opera como mandato. 

Siento que confundimos PULIR, buscando la mejor versión de nosotros mismos, con SER más o TENER más. Siento que al compararnos con otros nos olvidamos de nuestros dones y del hecho que tal como somos, somos únicos y perfectos.

Por aquí va la génesis de los Temazcales Ontológicos. En ellos, mediante estrategias de coaching grupal revisamos las creencias personales y las develamos. Luego, en este ritual ancestral que representa un renacimiento desde un vientre en la madre tierra, sanamos a este ser acostumbrado a vivir siendo insuficiente, lo invitamos a inspirarse en la naturaleza, donde cada animal o vegetal es suficiente y buscamos poner la energía en el presente, donde se encuentran los verdaderos presentes de vivir para  conectar con la gratitud, como puerta para acceder a la suficiencia.