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"En este Blog muestro mis reflexiones acerca de los procesos de aprendizaje"

lunes, 28 de abril de 2014

Florecer en Otoño


Como siempre comento, mi jardín esta lleno de posibilidades de aprendizaje. Hoy quiero comentar acerca de mis reflexiones observando un hermoso lirio que floreció este otoño.
Primero partí informándome y encontré que en estas flores, que se abren al inicio de la primavera, se activa un mecanismo que se conoce como vernalización. Este gatilla el fenómeno en el momento exacto para que tenga lugar la polinización. Según estudios, las plantas reconocen esta estación porque "recuerdan"gracias a que acaban de atravesar un largo período de frío, mediante una molécula en su ADN llamada COLDAIR.
Leí también que esta molécula crea una memoria celular que se activa en las plantas luego de trascurrir 30 a 40 días de frío. En ese momento, un gen llamado FLC, que se ha dedicado a suprimir la producción de flores durante el otoño y el invierno, es silenciado, y la planta se prepara para florecer.
Entonces¿Qué puede haberle ocurrido al lirio de mi jardín?
¿Se le habrá desactivado este curioso gen o se confundió con las altas temperaturas?.
Como sea, aprovecho esto para mi afición de asociar los fenómenos de la naturaleza con la forma en que los humanos habitamos este planeta y no puedo evitar pensar en el fenómeno de florecer o abrirse al mundo asociado a los ciclos de la vida.
Mirando desde el coaching  me imaginé que las creencias que los seres humanos vamos instalando en muestro ser actúan como el gen FLC que inhibe la floración cuando no están dadas las condiciones para hacerlo. También que nuestro devenir en transparencia hace difícil que alguien florezca sin que otra persona intervenga.
Pienso que un proceso de coaching ayuda a florecer en otoño, o en un momento de la vida donde no se espera que esto ocurra de manera espontánea. El coach recrea las condiciones necesarias para que el florecimiento ocurra, y las personas desafían sus miradas del mundo para lograr la expresión de su potencial y encontrar la mejor versión de sí mismas.


lunes, 7 de abril de 2014

Aprender de las Mujeres Mayores



La tarde del sábado, en una hermosa terraza frente al mar, coincidí con una mujer de unos 65 años. No nos conocíamos de antes (era la mamá de mi amiga y dueña de casa), ni nadie nos había presentado, pero no fue necesario, yo diría que nos despertamos algún tipo de curiosidad mutua.

Según experiencias anteriores, en circunstancias como estas, podemos elegir hablar de cosas triviales como el clima y la belleza del lugar, o decidirnos a compartir algo de nuestras almas. Si esto se da, nos involucramos en una conversación profunda en la que cualquier cosa puede suceder. 

En esta ocasión, esta mujer y yo, previa dinámica perruna de tomarnos el olor, elegimos sostener una conversación tan variada y personal, que después de unos días sigue resonando en mi corazón. 

Comenzamos suavemente, hablando de la biblioteca del lugar, y de cómo los libros libros dicen tanto de quienes los eligen; seguimos conversando del legado que dejamos a hijos y nietos, de las cosas que dejamos impresas en sus discos duros aún sin querer; de nuestras sombras reflejadas en la forma de ser de nuestros hijos; de la vibración de los lugares y cómo ésta influye en la manera en que nos sentimos; de nuestra necesidad de pertenecer y de las cosas que hacemos los seres humanos por ser parte de una manada; también compartimos nuestra experiencia de haber sido madres, las dos, de hijos con dificultades para insertarse en el sistema educacional; y entre muchas otras cosas, compartió conmigo como había descubierto que sus nietos veían de ella sólo una parte, como si en su vida sólo hubiese sido abuela.

Después de esta agradable conversación, se me apareció el recuerdo de mis abuelas (que están con las estrellas) y he pensado en lo poco que conocí de ellas. Me he estado preguntando: Cuáles habrán sido sus sueños…¿los habrán podido cumplir o habrán vivido con frustración?, ¿habrán sido mujeres apasionadas o habrán vivido resignadas?, ¿habrán descubierto lo que las hacían fuertes y lo que las hacían perder poder?.


Esta mujer me mostró una parte de su alma, y con su gesto, me abrió una puerta para pensar en el legado de las mujeres de mi familia dejaron en mi y en la abuela que quiero convertirme algún día. Aprendí con ella que conversar con las personas que caminan por delante parece ser un requisito para el aprendizaje, pero también lo significativo que es dar espacio para que los más jóvenes nos conozcan, sintiéndonos eslabones de una gran cadena de aprendizajes.

jueves, 3 de abril de 2014

¿Qué nos trae el otoño?


Como he comentado en mis entradas anteriores, cada día estoy más segura de que la mayoría de las respuestas aparecen mirando por la ventana y observando a la madre tierra.

Por estos días los árboles de ven cansados, sus hojas cambiar de color y en algunos, ya han comenzado a tapizar la tierra. La disminución progresiva de la temperatura y los días más cortos activan la necesidad de ajustar su metabolismo y comienzan a prepararse para el invierno.

Lo anterior me recuerda el miedo. Esta emoción básica que se activa en los seres vivos frente a las amenazas.

¿Será que los árboles están experimentando alguna manera miedo?.
Si esto está ocurriendo afuera, ¿qué sucederá en nuestro interior?
¿Tendrá esto que ver esto con la sensación de vulnerabilidad que escucho de las personas que me consultan y también en mi misma?

Me he convencido de que a las personas, el entorno nos influye más de lo que alcanzamos a darnos cuenta. Me pregunto...¿Qué cambiaría si este fenómeno fuera más consciente?.  Pareciera que como lo ha sido para los pueblos más vinculados con la tierra,  aceptar esta incomodidad invitaría a soltar las hojas que insistimos en sujetar (o como diríamos en términos humanos, controlar).

¿Cuánta energía gastaremos intentando controlar lo que está fuera de nuestro alcance o pretendiendo sentir como en la primavera o el verano?

Otra cosa que me surge mirando mi jardín en otoño, es la posibilidad que se despliega (para algunos árboles y arbustos) al ser podados, para que broten sanos y fuertes en primavera. Así, buscando las semejanzas...¿Será esta la temporada de pedir ayuda para podar aquello que molesta?